En el Ser y Tiempo, Heidegger plantea
la pregunta por el sentido del ser, y sostiene que la filosofía no puede
lanzarse a ciegas sobre el ser, olvidando las condiciones bajo las cuales su
sentido es buscado y podría ser hallado. La metafísica occidental no se habría
hecho cargo suficientemente de estas cuestiones y no habría sabido, a juicio de
Heidegger, distinguir adecuadamente el ser respecto de determinadas formas de entidad
o conceptualizaciones abstractas. La pregunta por el ser debe plantearse en
toda su radicalidad y a partir de la situación de quien la formula, situación
que determina no sólo la pregunta, sino también la dirección de la respuesta.
Se comprende mediante la comparación de lo que se necesita entender con algo que ya se conoce. Entender es circular; se está siempre en un círculo hermenéutico o de interpretación. Una frase, por ejemplo, es una unidad de entendimiento. Las palabras se entienden con relación al significado de toda la frase. El significado de la frase depende del significado de las palabras individuales en la frase. Un concepto deriva su significado del contexto donde se encuentra, pero el contexto está formado por los elementos a los cuales da significado. La lógica no es suficiente para el entendimiento.
Tomado de: http://polis.revues.org/2690#tocto2n1
Se comprende mediante la comparación de lo que se necesita entender con algo que ya se conoce. Entender es circular; se está siempre en un círculo hermenéutico o de interpretación. Una frase, por ejemplo, es una unidad de entendimiento. Las palabras se entienden con relación al significado de toda la frase. El significado de la frase depende del significado de las palabras individuales en la frase. Un concepto deriva su significado del contexto donde se encuentra, pero el contexto está formado por los elementos a los cuales da significado. La lógica no es suficiente para el entendimiento.
Tomada por su contenido es la fenomenología la
ciencia del ser de los entes - ontología. En la dilucidación hecha de los
problemas de la ontología surgió la necesidad de una ontología fundamental que
tenga por tema el ente óntico-ontológicamente señalado, el ‘ser-ahí’, de tal
suerte que acabe por sí misma ante el problema cardinal, la pregunta que
interroga por el sentido del ser en general. De la investigación misma
resultará esto: el sentido metódico de la descripción fenomenológica es una
interpretación. (...) Fenomenología del “ser-ahí” es hermenéutica en la
significación primitiva de la palabra, en la que se designa el negocio de la
interpretación (...). Cobra la hermenéutica como interpretación del ser del
‘ser-ahí’ [el sentido de una] analítica de la ‘existenciariedad’ de la
existencia+. (Heidegger. 2003:§ 7. 32).
Como ya se dijo el concepto heideggeriano de
fenomenología se basa en una peculiar interpretación de los conceptos de fenómeno
y de logos. Por «fenómeno» Phänomen entiende algo que no es una
mera manifestación Erscheinung en el sentido de algo que se anuncia sin
mostrarse, como por ejemplo los síntomas de una enfermedad, sino más bien la
patencia o revelación de lo que la cosa es en sí misma. Tampoco es apariencia
Schein, es decir, algo que se muestra como lo que no es. Pero tanto la
manifestación como la apariencia se fundan, de diferente manera, en el
fenómeno. Por su parte, el logos es entendido como el hacer ver aquello de
lo que se habla, el desencubrimiento de lo que estaba encubierto. Por lo tanto,
la fenomenología es el método que consiste en «hacer ver desde sí mismo aquello
que se muestra, y hacerlo ver tal como se muestra desde sí mismo» (Heidegger.
2003: § 7. 30).
Heidegger no puede estar de acuerdo con la
reducción histórica que plantea Husserl para el método fenomenológico. Según
Husserl, debemos contemplar las cosas con una mirada neutral, sin una
predisposición determinada. Hay que desconectar todas las concepciones
filosóficas, teológicas, científicas, axiológicas que impiden describir los
fenómenos tal como se manifiestan desnudamente a la conciencia. Heidegger
considera, por el contrario, que poner entre paréntesis la historia, solo sirve
para encubrir los prejuicios operantes en toda descripción que se vale de
conceptos. Todos los conceptos están saturados de tradición y de teoría, de
manera que si se pretende ignorar aquello, operan de todas maneras de un modo
inadvertido. Para tener una relación libre con la historia es necesario
realizar una «destrucción» fenomenológica de la ontología. Con ello no se trata
de realizar una operación meramente negativa, sino de posibilitar un acceso
positivo al fenómeno, mediante el desmontaje de las tendencias negativas
ocultas y el descubrimiento de posibilidades nuevas que permanecen latentes en
el pensamiento anterior.
Heidegger no niega
que la filosofía tenga que regirse por las cosas mismas. Todo lo contrario,
hace suyo el lema husserliano: ¡a las cosas mismas! Pero el fenómeno del que se
ocupa primeramente la fenomenología está primeramente oculto, encubierto,
obstruido. Ese fenómeno no es otro que el ser, y es ocultado o encubierto por
todos los demás fenómenos que acaparan nuestra atención de un modo inmediato. Es
decir, no es fenómeno en el sentido antes descrito, por lo que tiene que ser
sacado a luz, dado que se encuentra en la raíz de todos los otros fenómenos que
se encuentran en primer plano. Tomado de: http://polis.revues.org/2690#tocto2n1
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